
Maloclusiones, ¿qué son?
Una sonrisa sana y funcional es mucho más que una cuestión estética. La correcta alineación de nuestros dientes y la forma en que estos encajan al morder, conocida como oclusión, son fundamentales para nuestra salud bucal y bienestar general. Cuando existe una alteración en esta relación, hablamos de maloclusión.
Las maloclusiones, o problemas de mordida, son irregularidades en la posición de los dientes que impiden que los maxilares superior e inferior. Esta condición, que puede tener diversas causas, desde factores genéticos hasta hábitos de la infancia, afecta a un gran porcentaje de la población y puede generar una variedad de problemas que van más allá de la apariencia de nuestra sonrisa.
En este artículo, exploraremos en detalle qué son las maloclusiones, sus causas, los diferentes tipos que existen, las consecuencias que pueden acarrear para nuestra salud bucal y general, y las diversas opciones de tratamientos disponibles para corregirlas.
¿Qué son las maloclusiones?
Las maloclusiones son irregularidades en la forma en que los dientes superiores e inferiores se alinean al cerrar la boca, es decir, al morder. En una mordida ideal, los dientes superiores deben cubrir ligeramente los dientes inferiores y encajar perfectamente, permitiendo una distribución uniforme de las fuerzas de masticación. Cuando se presenta una maloclusión, esta alineación se ve alterada, lo que puede dar lugar a una variedad de problemas, desde dificultades estéticas hasta complicaciones funcionales.
Estas alteraciones pueden manifestarse de diversas formas, tales como dientes apiñados, rotados, protruidos (hacia fuera), o con espacios entre ellos. Además, la relación entre los maxilares puede verse comprometida, afectando la mordida en su conjunto.
Causas de las maloclusiones
Las maloclusiones son el resultado de una interacción de varios factores genéticos y ambientales. A continuación, se detallan las principales causas:
- Factores genéticos: la herencia juega un papel importante en el desarrollo de las maloclusiones. Si alguno de los padres o familiares cercanos tiene problemas de mordida, es probable que los hijos también los desarrollen. La genética influye en la forma y el tamaño de los maxilares, así como en la disposición de los dientes.
- Hábitos infantiles: durante la infancia, ciertos hábitos como chuparse el dedo, el uso prolongado de chupetes o mamaderas pueden alterar el crecimiento normal de los maxilares y la posición de los dientes, resultando en maloclusiones.
- Pérdida temprana de dientes: la pérdida prematura de los dientes de leche, ya sea por caries, accidentes o extracción, puede afectar la erupción de los dientes permanentes. Los espacios dejados por los dientes de leche pueden provocar que los dientes permanentes erupcionen en posiciones incorrectas, generando apiñamiento o rotaciones.
- Traumatismos: golpes o accidentes que afectan la mandíbula o los dientes, como caídas o accidentes deportivos, pueden desplazar los dientes o fracturar los maxilares, afectando la oclusión.
- Problemas de crecimiento: alteraciones en el crecimiento de los maxilares, ya sea por deficiencias de crecimiento o un crecimiento excesivo de alguno de ellos, pueden alterar la relación entre los maxilares y dar lugar a maloclusiones de Clase II o Clase III.
Tipos de maloclusiones
Las maloclusiones se clasifican principalmente según la relación entre los maxilares y la posición de los dientes. Estas son las clases principales:
- Clase I: en esta clase, los maxilares están correctamente alineados, pero los dientes pueden presentar apiñamiento, rotación o protrusión (cuando los dientes están inclinados hacia afuera). Es el tipo de maloclusión más común y generalmente se corrige con ortodoncia.
- Clase II: en este caso, el maxilar superior está adelantado respecto al inferior. Esto puede provocar una mordida profunda, en la cual los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores, o una apariencia conocida como “dientes de conejo”. Dentro de la Clase II, existen dos divisiones:
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- División 1: los incisivos superiores están protruidos (sobresalen).
- División 2: los incisivos centrales superiores están inclinados hacia adentro y los incisivos laterales protuyen.
- Clase III: en este tipo de maloclusión, el maxilar inferior está adelantado respecto al superior. Esto genera una mordida invertida, en la cual los dientes inferiores se superponen a los superiores, o una apariencia de “mentón prominente”.
- Mordida abierta: en la mordida abierta, los dientes superiores e inferiores no se tocan al cerrar la boca. Esto dificulta la masticación y puede generar problemas al hablar. La mordida abierta puede ser anterior (en la parte frontal) o posterior (en la parte trasera).
- Mordida cruzada: en este caso, los dientes superiores muerden por dentro de los inferiores, en lugar de sobrepasarlos como es lo normal. La mordida cruzada puede ser unilateral (en uno solo lado) o bilateral (en ambos lados).
Consecuencias de las maloclusiones
Si no se corrigen, las maloclusiones pueden traer varias consecuencias para la salud bucal y general. Entre las principales se encuentran:
- Problemas de masticación: la maloclusión puede dificultar una masticación adecuada, lo que afecta la digestión y la absorción de nutrientes, pudiendo provocar problemas gastrointestinales.
- Desgaste dental: un encaje incorrecto de los dientes genera fricción anormal, lo que puede desgastar el esmalte dental, aumentando el riesgo de caries, sensibilidad dental y fracturas.
- Dolor de mandíbula: las maloclusiones pueden afectar la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo. Esto puede generar dolor en la mandíbula, la cara, el cuello y dolores de cabeza, además de ruidos articulares.
- Caries: la acumulación de placa bacteriana y restos de alimentos en dientes mal alineados aumenta el riesgo de caries, que es una de las principales causas de pérdida de dientes.
- Problemas estéticos: la maloclusión puede generar una sonrisa poco armónica, lo que afecta la autoestima y puede influir en la vida social, laboral y personal.
- Dificultad para hablar: las maloclusiones, especialmente las mordidas abiertas, pueden afectar la pronunciación de ciertos sonidos, dificultando la comunicación.
Tratamientos para las maloclusiones
Existen varias opciones de tratamiento para corregir las maloclusiones, dependiendo de la gravedad del caso, la edad del paciente y las características específicas de la maloclusión.
- Ortodoncia: la ortodoncia es el tratamiento más común. Utiliza brackets o alineadores invisibles para mover gradualmente los dientes a su posición correcta. La ortodoncia puede corregir apiñamiento, mordidas abiertas, cruzadas, profundas, entre otras.
- Cirugía ortognática: en casos graves de maloclusión, puede ser necesaria una cirugía para corregir la posición de los maxilares. Este tipo de cirugía se realiza cuando los dientes no pueden alinearse adecuadamente solo con ortodoncia.
- Restauraciones dentales: las coronas o carillas pueden ser utilizadas para mejorar la forma y la función de los dientes que no se pueden alinear adecuadamente con ortodoncia. Estos procedimientos pueden mejorar la estética de la sonrisa y la funcionalidad dental.